Antes de meterse a tope en esto de las criptomonedas, lo mejor que puedes hacer —y te lo digo por experiencia— es parar un momento y entender bien de qué va todo esto.

Porque sí, puedes lanzarte a comprar cosas sin tener ni idea… pero créeme, eso suele acabar mal. La diferencia entre alguien que improvisa y alguien que invierte con cabeza está en lo que sabe.

Muchas criptomonedas

Hay un montón de monedas distintas, cada una con su función y su rollo. Algunas están pensadas para pagos rápidos, otras para mantener el anonimato, otras son parte de proyectos más grandes… Y eso es solo la punta del iceberg. También está todo el tema del blockchain, que suena a palabreja, pero básicamente es lo que hace que todo esto funcione sin que nadie pueda manipular las cosas.

Además, el mundo cripto cambia todo el rato. Salen normas nuevas, monedas nuevas, tecnologías nuevas… Es un no parar. Por eso viene bien estar al tanto, leer un poco cada día, seguir cuentas fiables, apuntarse a algún curso (si puede ser bueno, mejor), y sobre todo, no creerse todo lo que se ve por ahí.

Ir aprendiendo a tu ritmo, sin prisa pero sin dejarlo… eso sí que marca la diferencia.